El caso de la explotación del coltán
en la República Democrática del Congo es un tema muy delicado, debido a los
resultados humanos que ha traído esta práctica. El coltán es un mineral indispensable para la fabricación de algunos
componentes electrónicos. Sin ellos, nuestros queridos aparatos electrónicos no
existirían. Sin embargo, la extracción de coltán ha condenado, de forma más o
menos directa, a millones de personas a la muerte. ¿Hasta dónde es éticamente
correcto dejarnos llevar por el consumismo, para disfrutar de nuestras computadoras,
celulares y demás aparatos electrónicos?
Cuando el coltán extraído en Brasil, Australia y Tailandia comenzó a
escasear se estableció mercado ilegal en África central. En las provincias
del este de la República Democrática del Congo,
consideradas por la UNESCO reservas ecológicas de gran importancia, se encuentra
aproximadamente el 80 % de la reserva mundial de coltán y es justamente allí
donde intervienen grandes y muy conocidas multinacionales formando en la zona
una serie de empresas, muchas de ellas “fantasma”, asociadas entre los
capitales transnacionales, los gobiernos locales y las fuerzas militares para
la extracción de coltán como así también de otros minerales
como el cobre, el oro y los diamantes industriales.
A continuación presentaremos dos ejemplos en los cuales se muestra cómo la ética va más allá de los ámbitos que ampara la ley.
El primer ejemplo trata acerca de
las responsabilidades de las empresas que compran el coltán que es extraído de
forma ilegal de países como el Congo. Las empresas electrónicas están tomando
consciencia acerca de prácticas éticas, no simplemente en su cadena productiva,
sino también en la forma en cómo consiguen sus materias primas.
Como ya se mencionó el coltán es
un mineral altamente estratégico debido a su importancia en el desarrollo de
nuevas tecnologías y estas empresas, por ley, no tienen porque preocuparse de
las prácticas de las empresas a las cuales les compran la materia prima para
producir. Sin embargo, gracias a los
movimientos de Responsabilidad Social que se están viendo en el mundo, las
empresas se preocupan por los integrantes de toda su cadena de productiva. El
Centro de Estudio Internacional del Tántalo-Niobio, en Bélgica, ha recomendado
a los compradores internacionales que eviten el coltán de la región del Congo
por motivos éticos. Las grandes compradoras de este mineral no están
interesadas en que los conflictos sociales derivados de la extracción del
mineral se hagan públicos en los medios de comunicación. Estos últimos, a su
vez, se ven condicionados por el temor a perder los importantes ingresos
publicitarios.
Gracias a un estudio realizado
por The Enough Project, esta ha calificado a las 21 compañías tecnológicas más importantes
en un ranking que va desde “una empresa SIN conflictos en su cadena de
suministros y sin conflictos en el sector minero del Congo” hasta “una empresa
que no se preocupa en nada por las prácticas en su cadena de suministro”.
Dentro de la categoría de “ESTRELLA
DORADA” una empresa sin conflicto, no se encuentra ninguna empresa, esto se
debe a que las empresas y los gobiernos están desarrollando formas en las que
se den mejores prácticas.
En la categoría “GREEN” las que
van por buen camino, encontramos:
En la categoría “YELLOW” las que todavía pueden mejorar, encontramos:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG_0DEtgDN86q1fMjmGunhGRC_QfqsK38nusUn2Co_HkW0_bLkr6Hs-wIRPhveB8PluDIqSirkGABbTdZyNK6R2qSW-29cIxs0TiAFuR9eWs8SnFLfXySuqxunpDp6mGdt1uQjkRjWrjg/s400/yellow.png)
En la categoría “RED” las
que se quedan atrás, encontramos:
Como vemos hay
empresas que están mejorando en el aspecto de Responsabilidad Social y así como
otras que todavía les falta mejorar bastante.
El segundo ejemplo
en donde la ética va más allá de la ley se da con el intento de certificación
del coltán. A pesar de que la cadena del comercio del coltán es muy compleja,
un sistema adecuado de certificación del coltán “libre de conflictos” podría
promover la extracción legal y al mismo tiempo combatir su papel en el
conflicto. Alemania ya ha financiado un estudio piloto para este proyecto, y el
ministro de economía congoleño ha anunciado que en 2009 se concluirá un
programa de reconocimiento para el coltán congoleño. Aunque este plazo parece
excesivamente optimista, se espera que la instauración de un nuevo marco
regulador para el mercado del coltán pronto pondrá fin a la financiación de la
guerra. La adopción de un sistema de certificados para el coltán extraído
legalmente podría suponer un primer paso en la contribución efectiva de la
comunidad internacional a una solución para el conflicto. Sin embargo, existe
el riesgo de que la comunidad internacional conceda los incentivos equivocados
y las partes involucradas en el conflicto tomen ciertas decisiones sólo para
satisfacer a los donantes occidentales, sin buscar soluciones a largo plazo
para las hostilidades de la región.
Esta situación que
se plantea para la certificación del coltán sería una ley en la cual se
esperaría que regularice la situación ilegal de la explotación del coltán, pero
como se menciono en la última oración del párrafo anterior, esta disposición se
puede privilegiar a ciertos bandos y no al bien común de Congo. Esto se podrá
decidir ya dependiendo de las decisiones de las empresas, más allá de la ley de
certificación, en como utilizaran esto para la importación de este mineral estratégico.
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